top of page

2019 ESCANDINAVIA Y NORTE DE EUROPA. Capítulo 4 de 5

  • Foto del escritor: Marcos Astegiano
    Marcos Astegiano
  • 20 sept 2020
  • 7 Min. de lectura

Capítulo doce

Tercer y último día en Finlandia

Un cacho de cultura

Finlandia tiene 5,5 M de habitantes, y pese a estar en la península escandinava sus vecinos no los consideran escandinavos.

Me refiero a Dinamarca, Suecia y Noruega.

Estos tres han compartido historia, moneda y hasta idioma base (los tres idiomas en cada país comparten raíz pero conforman distintos dialectos).

Finlandia tiene idioma propio y criollo, ya que es el único de la unión europea que no desciende de la lengua indoeuropea

Finlandia, hasta un año antes de nuestra revolución de mayo perteneció al reinado de Suecia.

En 1809 los rusos se lo ganan a Suecia, lo convierten en el ducado de Finlandia por cien años y en plena revolución bolchevique (1919) logran separarse y crean el país actual.

Han sido sumamente astutos y zafaron de qué la URSS los absorbieran.

Asimismo crearon una economía sólida y un estado de bienestar de los mejores del mundo.

Helsinki hace más de veinte años que se encuentra entre las top ten de las mejores ciudades donde vivir.

Y, si señores aplaudir, es el estado con menor índice de corrupción en el mundo, por decimoquinto año consecutivo.

Pertenece desde hace veinte años a la comunidad económica europea, y su moneda, a diferencia de sus vecinos escandinavos es el Euro.

Nosotros le entramos por el norte, desde Suecia.

Y viajamos 700 kms al sur hasta Helsinki con dos paradas.

La primera en Oulu, una ciudad importante (población 200K) y básicamente universitaria.

La cantidad de jóvenes que la habitan la hacen muy moderna y diversa.

Nos gustó mucho.

La segunda parada fue en plena campiña, en un Bed & Breakfast que encontró Amalia, en medio del campo, vecino a un lago que era una hermosura. (Amalita tiene un don especial para encontrar fantásticos hoteles a precio razonable, y en este viaje se ha lucido)

La tercera, aquí en Helsinki

La campiña finesa es un calco de la sueca. Muy poco montañosa (los Alpes escandinavos separan Suecia de Noruega, aquí cero montañas) y toda su llanura está invadida de bosques de coníferas, con algunos claros donde los farmers locales cultivan algo.

Muy escénica.

Pocas autopistas, y en las rutas de doble mano el manejar se hace tedioso.

Sucede que los finlandeses son sumamente respetuosos, y las velocidades aqui varían.

Entonces te encontras un cartel que dice máxima 60, y todo Finlandia va a 60.

Vos también, por supuesto.

Por más que seas un transgresor profesional, no te da para pasar a fondo todo una cola de treinta autos que van a 60.

Uno tiene su vergüenza también.

Así que a 60, por un montón de kilómetros, viendo como hasta las hormigas te pasan por la banquina.

Un tema interesante es el siguiente.

La máxima en doble mano es 100.

En las zonas sinuosas 80, 60 en los cruces de rutas y 50 cuando transitas por un pueblo.

Inmediatamente después del cartel de velocidad, aparece un cartel avisando que más adelante hay cámaras y radares de exceso de velocidad.

Y existen

Siempre

Entonces apenas ves en cartel, bajas a la velocidad indicada, so pena de comerte un multon.

Que logran los tipos con esto?

Qué circules siempre a la velocidad que corresponde.

Ese es el fin de las cámaras

No hay ninguna oculta

Por el contrario, te lo dicen para que seas obediente.

No hay fin recaudatorio.

El fin es evitar accidentes.

Espero que esto lo lean algunos intendentes argentos de esos que ponen cámaras ocultas, y de las que en mi vida viajera he sido tantas veces víctima.

Así que se hace largo, pero la belleza del paisaje lo transforma en llevadero.

Muy lindo

Helsinki es una ciudad muy bella, por que si bien no tiene nada de historia y su arquitectura no descolla, es fina y se vive una calma desacostumbrada para una gran urbe.

Se respira tranquilidad y bienestar.

También es muy diversa.

La gente es muy progre, y se aceptan muchas cosas a la que no estamos acostumbrados.

Volveré seguro

Hoy tendríamos que estar en camino a San Petersburgo en Rusia.

Nos enteramos que los tramites aduaneros para entrar en Rusia son tremendamente burocráticos.

Un par de horas por lo menos.

Más cinco horas para llegar San Peter.

Hubiéramos llegado tarde, a una ciudad que ya conocemos en profundidad, para mañana desandar otros 400 kms más la aduana para llegar a Estonia.

Decidimos que no

Estos dos días quitados a Rusia los ocuparemos para ir a Hungría.

Después de Polonia nos iremos un par de días a Budapest., ciudad que Amalia conoce y yo no.

Rusia quedará para la próxima.

Tal vez un San Petersburgo/Moscú con regreso por Kiev.

¿Ven? , ya tengo un proyecto para el futuro.

Así que en este momento estamos navegando en un ferry por el báltico, con destino Tallin, la capital de Estonia.

Mañana Riga, en Letonia y pasado Vilna, en Lituania.

Desde allí, les volveré a contar.

El cruce demora un par de horas, así que estoy apurando una pinta de Weissbiere para que cuando atraquemos, ya esté metabolizada

Abrazos desde Europa del Este.




Capitulo Doce más uno


Soy supersticioso

Tercer y último día en los países bálticos

Sábado Estonia, Domingo Letonia y hoy Lituania

Estos tres paisitos (ojo, el diminutivo no es por ser despectivo, es que realmente son de muy escaso tamaño) fueron hasta principios del siglo pasado, pequeños ducados dependientes de Escandinavia, hasta que los soviéticos en 1919 se los tragaron. Durante 50 años pertenecieron a la URSS (excepto entre el 40 y el 45 que fueron tomados por los nazis) y en el 91, aprovechando el caos se independizaron.

Recibieron desde entonces mucha ayuda de la Unión Europea, de quienes son miembros.

Al primero llegamos después de dos horas de navegación desde Helsinki.

Ese día hicimos cuatro kilómetros en la moto, dos para llegar al puerto de Helsinki y dos para llegar desde el puerto estonio al hotel de Tallin.

Al día siguiente, el trayecto de Tallin a Riga fue de 330 kms.

Buena ruta de dos manos, pero muy lenta. Lo mismo que en Finlandia, cada cruce, cada pueblo, cada obra (muchas) a bajar la velocidad a lo indicado, a veces por muchos kilómetros.

Así que fueron cinco horas para llegar.

Los paisajes sin cambios. Hermosos bosques de coníferas a la vera del camino. Siempre silvestres

Hasta mitad camino íbamos con 21 grados, en un momento, y al cabo de unos 15 kms la temperatura fue subiendo y llego a los 30.

Habíamos llegado a la famosa ola de calor en Europa.

Nosotros estábamos hechos unos esquimales, después de 17 días de fresco/frio.

Así que lo sentimos mucho.

Al final se nubló y se mantuvo en 28. Soportable en la moto.

Hoy, desde Riga hicimos otros 300 hasta Vilna, la capital de Lituania.

La temperatura se mantuvo en agradables 26 (parece que tendremos la suerte de llegar al centro de Europa cuando la ola está aflojando). Los primeros ciento cincuenta fueron en doble mano a 100, con poco tráfico y pocas interrupciones y los segundos 150 en una autopista donde puse el cruise control a 120 y lo saqué entrando a la ciudad. 3 horitas y media para llegar, Estupendo

Pero los paisajes cambiaron. Y mucho. El bosque cedió paso a los sembradíos. Cientos de hectáreas sembradas con granos me retrotrajo a nuestra pampa húmeda. El devenir de tractores y maquinas agrícolas también.

Claro que el campo ya no era tan ordenado como en Noruega, Suecia o Finlandia. Algún resabio soviet queda…

De la moto, nada que decir

Y ya es mucho. Porque uno siempre tiene algo de que quejarse.

De esta nada. Muy cómoda, con potencia de sobra, y muy buen andar.

Una buenísima es que, a estas velocidades, tiene una excelente autonomía. Varias veces hice más de cuatrocientos con un tanque.

Y claro, con promedios de 80, es lógico.

Tallin es la capital de Estonia.

Unos 400K habitantes de una ciudad con puerto sobre el báltico.

Tiene una perla

Su medieval ciudad amurallada.

Que se conserva muy bien.

La caminamos, subiendo un cerro donde en su cima, se encuentra el barrio de Toompea, que es desde donde se defendía la ciudad en caso de ataques. Preciosa en su cima, una iglesia ortodoxa con sus cupulas tipo cebolla.

Muy linda y bien conservada, excepto……

Que cuando llegamos con el ferry al puerto, vimos tres tremendos cruceros amarrados.

Mala señal

Eso significa que cada uno aporta 1500 turistas a una pequeña ciudad amurallada del 1200 que fue concebida para albergar apenas unas 1000 personas.

Por supuesto que esos barcos traen turistas orientales.

La ciudad amurallada de Tallín se convirtió en Pekín

Valga el verso

Así que nos fuimos espantados, a dormir la siesta, hasta las seis de la tarde, hora en que los cruceros zarpan y se llevan los turistas a cooptar otra ciudad.

Un placer caminar la ciudad antigua después de esa hora. Solo los locales, algunos pocos turistas y nosotros.

Muy bonita y bien conservada la ciudad amurallada.

Nos detuvimos a cenar en un restaurant recomendado que ofrecía piezas de caza.

Yo le entré a una pata de jabalí y Amalia a un mix de carnes de caza que entre otros contenía carne de oso.

A tres días de esa cena, aun nos encontramos digiriéndola.

No fue muy rica ni muy sana.

Por supuesto, muy novedosa.

Al día siguiente, por la tarde llegamos a Riga, capital de Letonia.

Riga se encuentra sobre el Rio Daugava, a quince kilómetros sobre su desembocadura al mar.

Es decir, está a prueba de cruceros con turistas orientales.

También tiene su ciudad antigua, pero no amurallada.

Riga fue siempre prospera, ya que durante muchos siglos permanecieron en ella comerciantes alemanes que la unieron a la liga Hanseática.

Su ciudad vieja es una hermosura, muy bien conservada, llena de barcitos y buenos restaurants, con gente fina que los ocupa.

Un primor

Nos encantó

No nos cansamos de recorrerla y abrevar en cada uno de sus bares y restós de buena calidad.

Nos toco un clima excepcional, así que el disfrute fue doble.

Además, Riga siempre fue una ciudad que, durante la guerra fría, generó un buen relato de espías de la KGB, lo que la hace aún más enigmática

Placer

Prometo volver algún día.

Hoy, llegamos a Vilna, la capital de Lituania.

No teníamos referencia alguna

Ahora que la conocemos entendemos por qué.

No tiene nada atractivo.

No es que sea fea.

Pero tampoco es linda.

Así que dimos una pequeña caminata por lo que ellos llaman la ciudad antigua, que no tiene ningún encanto, regresamos al hotel a descansar y por la tardecita fuimos a un buen restaurant italiano (siempre se come bien allí) y merced a un buen Brunello di Montalcino del 2013 tinto coronamos bien el día.

No volveré a Vilna

Mañana nos esperan largos 500 kms hasta Varsovia, donde pasaremos un par de días, luego Cracovia y finalmente, tres días en Budapest, para, en dos días, llegar a Frankfurt, devolver la moto y pensar en regresar.

Una buena experiencia cultural estos países bálticos.

Hasta la próxima.



Comentarios


Publicar: Blog2_Post

©2019 by Mototrips. Proudly created with Wix.com

bottom of page