2018 ALASKA, sueño cumplido Capitulo 1 de 6
- Marcos Astegiano

- 4 jul 2020
- 6 Min. de lectura
Todo comenzó en 2016

Patxi me llamo para comentarme e invitarme a una travesía épica.
Unir Usuahia con Alaska por el oeste.
El plan era comprar motos iguales en los EE. UU., bajar hasta argentina, reenviar las motos a Norteamérica y terminar de unir por el Oeste hasta Alaska.

En dos o tres etapas.
Se sumaron tres mas al viaje:
José, Nilso y Daniel.
Compramos cinco Yamaha Super Tenere 1200 usadas en los States.
En Agosto organizamos un viaje para probarlas. Fuimos un grupo numeroso, hicimos mas de 3500 kms desde Miami, visitando Georgia, Alabama, Tennessee y Carolina del Norte.

Todo quedo armado para, en mayo de 2017, salir desde Los Ángeles hasta Bogotá, dejar las motos por unos cuantos meses en Colombia, y en Agosto retomar hasta Argentina. Un par de meses antes de salir, yo, por cuestiones laborales desisto del viaje.
Me reemplazó Santiago.
Y lo hicieron nomas.
En las dos etapas cumplieron un viaje fantástico.
Y en noviembre enviaron sus motos de regreso a Los Ángeles.
Pero ese viaje no es el motivo de este relato.
Ya Patxi se encargará de contarlo

Juré no perderme la etapa Los Ángeles/Alaska, que por una cuestión climática debía realizarse en Junio o Julio. Del 2018 desde luego.
Patxi se encargó de que mi moto, sita en Miami, se despachara a California, a lo de nuestro amigo Marcelo Doffo.
Marcelo es un amigo rosarino que vive en Temecula, California, a 100 millas al sur de Los Ángeles desde hace más de treinta años.
Comenzó allí desde abajo, se dedicó después de un tiempo a vinificar, como hobbie, y hoy tiene un emprendimiento vitivinícola World Class en Temecula.

Muy aficcionado (fanático diría yo) al motociclismo, también posee una colección de mas de un centenar de motos antiguas, orientada a las italianas.
Es sumamente inteligente y astuto. Amalgamó museo de motos con degustaciones de vinos, y hoy recibe en su bodega a mas de 1500 personas por semana que van a ver motos, degustar vinos y comprar unas botellas.
Tiene un negocio floreciente, en el cual invierte dinero y pasión en cantidades considerables.

Pero además de ser sagaz, es una persona maravillosa, de un corazón inmenso y un gran anfitrión.
Por supuesto que se ofreció desde noviembre a albergar las motos en su propiedad, y a ayudarnos con toda la logística que el caso requirió.
Todo desde la manera más desinteresada.

Planemos el viaje con Patxi para el salir de Temecula el 5 de Junio.
Subiríamos a Canadá y Alaska por el centro oeste, siguiendo las rocallosas, y regresaríamos por el Oeste, costeando el Pacifico.
Serían en total 16.000 kilómetros en unos 25 días.
Daniel y Nilso, se bajaron del viaje por motivos justificados, así como también Marcelo Doffo, que en principio nos acompañaría un tramo, pero no pude ser
El 31 de Mayo volé y me alojé en casa de Marcelo.
Estuvimos dos días juntos.

El primer día fuimos a Chaparral, la casa de venta de motos y accesorios mas grande del mundo (una hectárea de galpones conteniendo motos 0km y usadas, repuestos y todos los accesorios que se les ocurran) donde me compre un equipo de moto high tech para realizar el viaje.
El segundo fuimos a un festival en homenaje a Steve Mc Queen, donde pulularon fierros de todo tipo: Autos nuevos, antiguos, hot rods, motos, aviones, motores estacionarios, etc. Un festival para un fierrero como yo, todo en un marco de fiesta, donde Doffo Winnery estaba presente con su propio stand.

De allí fui al aeropuerto a recoger a Patxi, José y Santiago, que llegaron juntos dos días más tarde que yo.
Era sábado 2 de junio por la noche. En dos días saldríamos.
El domingo vimos la carrera de moto GP en la bodega, acompañados de unas cien clientes que habían venido invitados por Marcelo al evento en con pantalla gigante. Un mago del marketing Marcelito. Una anécdota simpática fue que cuando Lorenzo cruzo la meta como ganador, Marcelo arrancó y aceleró dentro del salón su Ducati desmocédici festejando el triunfo de la marca, una de las pocas de colección que existen en el planeta.
Y el lunes nos dedicamos a apropicuar las motos. Cambio de aceites y cubiertas, colocación de puños calefactables, fijación de bidones de combustible, colocación de faros leds adicionales, en fin, mimarlas para las próximas diez mil millas.

Particularmente, mi moto en ocasiones anteriores me hacia doler el culo. Por lo que preparé un pequeño asiento inflable (Air Hawk) y un pellón por encima de él para garantizarme confort.
Mis acompañantes merecen más de un párrafo, pero trataré de condensarlo.

José Martorano es un hermano de la vida. Hemos realizado decenas de viajes juntos desde hace décadas y compartido muchas vivencias. El “gordo” es de fierro, gran viajero, y aporta siempre la acidez necesaria al grupo, como para estabilizar el PH general, que siempre tiende a demasiado positivo. Como dije, un hermano y un gran motociclista.
Con Santiago Ventimiglia hice varios viajes en el pasado. Otro gran motociclista que jamás resta. Lo que se decide, Santiago lo cumple sin objetar. Una característica maravillosa en un mundo plagado de grandes egos. Y no hay forma de que se canse de montar.
A Patxi Otaño lo conozco de hace mucho, pero excepto el viaje de prueba de las motos, casi nunca viajé con él. Tenía las mejores referencias como se conduce en moto, hoy largamente comprobadas y aprobadas. Se ocupó de todo. Cuando digo de todo, es de todo. De proponer el viaje, de entusiasmarnos, de comprar las motos, de fletarlas, de los papeles, de las rutas, de los lugares a visitar, de las referencias, de los mapas, de……, de todo. Nunca se doblegó ante ningún obstáculo, con un empeño cercano a la obcecación. Sin duda el motor del viaje, sin él, en junio hubiera estado en mi casa.
Por supuesto, fue el que condujo al grupo. Con un don de liderazgo y obsesión difícil de encontrar hoy en día.
A medida que transcurría el viaje, el espíritu de corps creció. El liderazgo de Patxi fue inobjetable, los consejos del gordo siempre tenidos en cuenta, e invaria
blemente sabiendo que contaríamos con Santiago.
También quiero mencionar a Fernando Ramirez, quien realizó parte de la segunda etapa y especialmente a Germán De Guili (apodado Partícula) quién si bien no viajó en moto, acompañó al grupo en Los Ángeles en la primer etapa y fue vital en la ayuda logística.
¿De mí? Que cuenten los demás. No me corresponde en este relato
Gracias. Muchas gracias a los tres.

Primera Etapa California/Alaska
A partir de aquí, solo copiaré mis relatos diarios, (un tanto maquillados) los que iba pasando por WhatsApp a todos nuestros amigos
Martes 5 de Junio
Lake Tahoe, California. EE. UU.
Salimos de Temecula con gran despedida de Marcelo y amigos. Nuestro destino era Lake Tahoe, a 720 kms.

La mayoría del camino transcurrió en el desierto de California. Pasamos apenas a 80 millas del mítico Death Valley, y continuamos con ruta Noroeste.
Paisaje muy árido pero bello.
Entramos a Nevada por unos pocos kms, retornando a California para llegar por la tardecita a Lake Tahoe, donde nos esperaba Barry Porter (no confundir con el mago Harry), amigo de Doffo, quien desinteresadamente alojó a cuatro motociclistas en su coqueta casa. Fuimos a cenar con Barry y nos acostamos temprano en esta magnifica ciudad, cuna del ski americano.

Fotos por la mañana contra el lago y los bellos bosques, despedida de Barry y Sra. (¡¡gracias Porter´s!!) y a continuar viaje.

Miercoles 6
Burley, Idaho, EE. UU.
Hoy hicimos casi 900 kms desde Lake Tahoe hasta Burley, Idaho. Lo hicimos rápido, toda autopista de 80 millas por hora máxima que jamás respetamos.
El único incidente fue que yendo a alto ritmo (20% arriba de lo permitido) y con fuerte viento en contra, me encuentro con la luz de reserva a 70 km de la próxima estación de servicio!
No llegaba

¡Así que me chupé (literal) detrás de un semirremolque vació que iba a… 80 millas! Y gracias a la succión llegué bien a cargar nafta. Con la cabeza aturdida de la turbulencia detrás del camión.
Nuestro destino era Twin Falls, pero como estábamos frescos, seguimos por unas 60 millas más hasta Burley, donde paramos en un cómodo hotel
Vamos camino a Yelowstone mañana, distante unas 250 millas de aquí.
Jueves 7
Old Yelowstone, Montana, EE. UU.
Estado de Wyoming

Entramos al parque Teton por uno de los pueblos de ski mas lindos y finos que he conocido. Jackson Hole. Hicimos un pequeño almuerzo en una estación de
servicio. Nos hubiera gustado en alguno de los buenos restaurantes temáticos del pueblo, pero el tiempo apretaba.

60 millas por el parque Teton, de exquisitos paisajes y entramos al famoso parque de geiseres en Yelowstone.

El más grande e importante, se llama Old Faithful y erupciona cada 90 minutos promedio.
Nos quedamos hasta que lo enganchamos.
Mientras esperábamos en un deck de madera, junto a decenas de turistas, un bisonte gigante subió a nuestra plataforma, y como si nada se paseó delante nuestro, para terminar, pastando al lado del geiser.

¡Este parque geológico de geiseres pasó a la fama gracias al oso Yogui!
Luego continuamos al atardecer, en una niebla producida por los gases de los cientos de geiseres. Niebla, mas puesta de sol, un paisaje surrealista que me gustaría gozar nuevamente
Un día impresionante
480 kms en total (150 dentro de los parques Teton y Yelowstone).
Todo el día turismo, en estos lugares que son fantásticos.
Por su paisaje, su geografía y su historia.

Todo cuidado y explicado cómo sólo lo hacen los americanos.
Ahora pernoctando en un pueblito (Old Yelowstone) en las afueras del parque, ya en el estado de Montana.
Continuara...







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