2013 EEUU Costa Oeste Capitulo 1 de 2
- Marcos Astegiano

- 8 may 2020
- 5 Min. de lectura
Hola a todos
Este fue un viaje que siempre quise hacer y en ese año se dio la maravillosa oportunidad de realizarlo entre tres matrimonios amigos.
Fue un viaje netamente de turismo, mas que de motociclismo, pero así todo, el hacerlo en moto siempre da una nueva (y mejor) perspectiva.
En el relato fui muy duro con las Harley Davidson. En realidad no pienso tan así, solo que el sarcasmo es parte de mis narraciones, y esta vez me ensañé con las Harley. Vayan mis disculpas si ofendo a algún harlista. No es la intención.
Espero se difrute
Estados Unidos Costa Oeste
Unir Los Ángeles con San Francisco por la costa es un camino que debe ser recorrido por todo motociclista que se precie de viajero
Sin dudas es un viaje mítico
Así como el Camino de Santiago para los católicos del medioevo
La Meca para los musulmanes
Orlando para los actuales occidentales
La idea surgió de un gran amigo: Pablo K.
Motivos que no vienen a este relato hicieron que no pudiera asistir
Le comenté a Lineu, nuestro compañero de viaje por los Alpes, y hoy gran amigo.
Con Lineu tenemos esa casuística de coincidencias que refuerzan las uniones: El estaba planeando hacerlo por su cuenta en la misma fecha:
Sincronicidad que le dicen
Al poco tiempo se plegaron Marina y Héctor desde Mendoza.

Un acierto.
Donde vayas haz lo que vieres reza el dicho
Le dije a Héctor que deberíamos hacerlo en Harley Davidson, que era lo moto con que lo hacen los estadounidenses

Lineu nos advirtió de lo malo de la idea.
Él (como yo) siempre pensó mal de las Harley, pero como tipo sensato, reflexionó que debía probarse lo que creía: El año pasado alquilo una Electra Glide y recorrió mas de 2000 Km. por Nuevo México. (Grace y Lineu residen en Miami).
Hoy tiene autoridad para opinar.
Opina peor que antes.
Pero yo siempre fui un tanto necio
Le dije a Héctor: que a Lineu no le haya gustado no implica que no lo haga con nosotros.
Así que rentamos vía Internet dos Harley Davidson Road King en Eagle Rider, la casa de alquiler más grande de EE. UU., con sede en Los Ángeles y sucursales en todo el país.

El zorro de Lineu, alquilo una Honda Goldwing 1800 con todos los chiches.
Nos pareció banal.
¿Como es que iba a ir por la costa californiana con ese zumbido a ovni que producen los seis cilindros de la Goldwing, pudiendo hacerlo con el clásico prop prop prop de una Harley?
Allá él.

El vuelo fue magnifico, y la ubicación del hotel dentro de Marina del Rey (L.A.), otro acierto de Lineu.
El encuentro de las tres parejas fue fantástico, alquilamos una miniván e hicimos todas las choluleladas a que invita Los Ángeles: Hollywood, Beverly Hills, Rodeo Drive y finalmente Venetian Beach en seis bicicletas.
Al tercer día olvidamos el turismo y fuimos a Eagle Rider por nuestras monturas.
Allí estaban las tres esperándonos, con un cartelito cada uno con nuestro apellido (la de Héctor no la encontrábamos, por que lo rebautizaron Francisco), junto a otras tantas que esperaban a sus rentadores. Estos tipos alquilan mucho. ¡Y era Domingo!
Desde lejos ya las Harleys se veían preciosas…. Y pesadas.

Los tramites de rigor nos llevaron unos minutos y, como advertencia al lector que alquile algún día, el valor del alquiler incluía casco, por lo que con Héctor y señoras no los cargamos desde Mendoza.
Los cascos ofrecidos eran esas pelelas que usan los harlistas para salir a pasear los domingos. Inútiles para un viaje largo. Si querías alquilar integrales: 10 verdes diarios, por siete días por dos igual a 140.
Por 160 nos compramos dos cascos nuevos de dudosa calidad (que a hoy resultaron buenos) en el mismo Eagle Rider.
Moraleja: siempre lleve su casco consigo.
Salimos de la rentadora y nos fuimos a buscar a las chicas y el equipaje en el hotel.
Me resulto simpática la Harley
La mía (anaranjado cobrizo) era mas vieja que la de Héctor (negro clásico). La de el tenia el motor nuevo de 103 pulgadas cúbicas contra el viejo 96 del mío (algo así de 1700cc contra 1500cc), ABS y Cruise Contro
l. La mía, nada de eso.
Las Road King son espartanas.
Mucho fierro, mucho, muchísimo cromo, un parabrisas del tamaño de un Scania Vabis, un gran asiento y dos maletitas de costado que parecen grandes pero que no cabe nada.
Espartana como una bicicleta de carrera: Un velocímetro enorme sobre el tanque, una perilla tamaño baño para contacto (no tiene llave, se traba la perilla para que no la roben) y nada mas.

La posición de conducción debe resultar conocida para las mujeres, pero inhabitual para varones.
Eso de llevar las piernas allá delante es cosa del sillón del ginecólogo.
No mas subirme puse los pies sobre los pedalines traseros.
Es que naturalmente uno lleva los pies debajo, no adelante.
Una vez que el cerebro entendió esto, llevas los pies delante y te encuentras con unas plataformas parecidas a los estribos del Ford T, a la izquierda una palanca de cambios dual que debe pesar lo mismo que mi Puma de colección, y a la derecha un pedal de frenos vertical, del mismo tamaño que tienen los de un camión Volvo. Enorme.
No mas apretar el botón de start, aparece un chasquido raro y pone en marcha el descomunal bicilíndrico.

Al ralentí es cosa seria
La vibración en esas revoluciones hace imposible leer el GPS.
Es más, por su movimiento basculante arriba y abajo, pareciera que va a salir disparado.
En cuanto sube apenas unas vueltas, la vibración desaparece.
Al menos la gran vibración, porque a velocidades de autopista, produce una molesta vibración de alta frecuencia que hace castañetear la dentadura en forma permanente. Héctor agrega que es tan extraña la trepidación que cambia la nitidez de lo que ves a través del parabrisas, a veces deformando los paisajes.
Algo muy incómodo.
En cuanto a lo dinámico, Lineu me había advertido, con su natural acidez:
“Mira Marcos, la Harley es una moto fantástica que solo tiene tres defectos: No acelera, no dobla y no frena. El resto lo hace bien”
Nunca mejor ejemplificado.
La moto no quiere doblar
¿Como? Se preguntarán ustedes
Si, quiere seguir derecho.

Vos te inclinas, y nada
Haces contramanillar, y sigue derecho.
Hay que forzarla a doblar
Eso si, una vez que giró, agarrate.
Porque la dirección cae para el lado que gira.
Apenas se inclina a la derecha, tenés que sostener el manubrio con fuerza por que se enrosca a la derecha.
¿Pero que cosa es esto?
La aceleración es buena.
El torque, si bien tiene un gran par, me decepciono.
A bajas vueltas el motor tiende a clavarse si lo exigís.
Me da la sensación qué mi BMW 1000 del 77 tiene mas torque.
O al menos doblo las esquinas en tercera y no se queja.
A altas vueltas es sencillamente una porquería.
No fue diseñado para llegar allí.
Lo suyo es andar despacio.
El freno es para olvidar
O mejor dicho para acordarse. Por que frena mal.
Pesa casi 400 Kg.
Debe ser difícil pararla cuando venís fuerte.
Digo debe ser por que no hemos andado (ni andaremos) fuerte.
La moto y la ley (que aquí se cumple) no lo permiten.
La mía, que no tiene ABS, la he bloqueado de atrás un par de veces.
Y claro, con un pedal que invita a pararse encima, uno le mete presión y la moto bloquea.
Y cuando bloquea tiene tendencia a correrse hacia la derecha la muy hija de p….
Imposible llevarla derecha cuando bloquea.
Lo probé varias veces (moretones en la espalda por los pellizcos de Amalia) y nada, se va a la derecha.
¿Será un problema de diseño?
Cuidado con eso.
Los asientos tampoco son muy cómodos. La posición pies adelante brazos colgando impacta en el coxis.
Las féminas –pese a tener respaldar- se quejan de deslizarse hacia delante.
En fin.
Nunca dedique tanta tinta a describir una moto.
Y nunca con tantos contras.
A su favor diré que es una moto preciosa para admirarla
Y que a 55 millas por hora anda suave y bien
Lo cual tampoco es un gran merito.
Hasta una Vespa a esa velocidad anda suave y bien.
Aun no comprendo como pueden vender tantas y existir tanto fanatismo.
Pero si estoy seguro qué no existirá una Harley en mi garaje.

Continuara...




Lo mejor del relato es la descripción de la Harley. Genial!!! Un gusto su pagina Marcos.