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FIN DEL MUNDO 2020 Capítulo único

  • Foto del escritor: Marcos Astegiano
    Marcos Astegiano
  • 12 abr 2021
  • 21 Min. de lectura

Actualizado: 23 may 2021

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 1

Transamerica es un grupo que se creó en el 2017 con la finalidad de unir Alaska con Ushuaia en moto.

Hoy, el grupo original sufrió bajas y altas

Pero el espíritu continúa.

Obviamente no se haría el viaje de un tirón.

Todos laburantes.

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Listo para salir de casa

Decidimos diseccionarlo en etapas.

La primera fue de los Ángeles hasta Bogotá, en el otoño de 2017, realizadas por cinco integrantes.

Yo no pude participar

La segunda, en la primavera de 2017, desde Bogotá hasta Santiago de Chile (a la Argentina no se pudo entrar con motos patentadas otro país..., excepto una).

aquí también fueron cinco. Cuatro originales y uno de reemplazo.

Yo tampoco pude participar.

La tercera etapa fue desde Los Ángeles a Alaska

En el 2018

Solo cuatro

¡Tres originales y un servidor!

En el 2019 se hizo una etapa fuera de la ruta original, donde participaron sólo dos (yo tampoco...) que recorrieron 14 estados de los EE. UU.

Ahora, en el 2020, falta completar la etapa desde Santiago de Chile a Ushuaia.

He de comentar, que el único que realizó TODAS las etapas fue Patxi, mentor de este grupo.

José, está por realizar también la unión de Alaska con Ushuaia, pero no hizo los 14 estados.

El resto del grupo, como advertirán, ha hecho partes del viaje.

Y eso ha sido lo genial.

Muchos participamos de un todo, que se llama Transamerica.

Comenzamos hoy la etapa a Ushuaia, solo que en vez de hacerlo desde Santiago preferimos partir desde Mendoza.

Somos cinco

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Comenzando desde casa en Mendoza

Tres del grupo original y dos nuevos.

El sempiterno Patxi, José, yo, Marcelo de Rivadavia (mi compañero de aventuras endureras) y Juan, un geselino/palmbeacheño amigo de Patxi.

Elegimos el camino difícil.

Vamos todo lo posible por ripio.

Las monturas, ad hoc: tres XR650L de los noventas, pero espectacularmente actualizadas, mi KTM 690 y la GS 800 de José.

La ruta será por la cordillera hasta SMAndes, donde cruzaremos a Chile por el paso Hua Hum. Desde allí por la preciosa carretera austral (mi octava vez...) para en su final tomar un ferry por 48 horas, que navega por los campos de hielos australes y sus fiordos con atraque en Puerto Natales.

Seguiremos a Torres del Paine, cruzaremos a la isla de Tierra del Fuego, Tolhuin, Ushuaia y nos iremos al punto más sur, la estancia Moat, de un amigo de Patxi, y regresamos.

¿Como regresamos?

Las motos por camión y nosotros por Latam.

¿Por qué?

El tiempo que disponemos, lo queremos disfrutar en el viaje de ida.

Y no queremos regresar por la 3 o la 40.

Y el costo, es más bajo que regresar en moto, teniendo en cuenta el combustible, los hoteles y las comidas de estos días de regreso.

Serán en total 19 días.

Ayer, Patxi y Juan se vinieron desde sus hogares hasta mi casa en Mendoza.

Casi mil kms con temperaturas a veces superiores a los 40 centígrados.

En vetustas XR650L.

Huevos.

Apenas llegados se tiraron a la pileta de casa.

Costó sacarlos...

José se unirá a nosotros en SMAndes, dentro de dos días.

Hoy partimos los cuatro con la idea de llegar a Malargüe por la 101, la ruta más al poniente de Mendoza. Aún más que la 40.

Transcurre pegada a la cordillera, con vistas muy lindas y en partes, de conducción en ripio muy técnica.

Apenas salimos, a los 80 km pasamos por la ciudad de Tunuyan.

Como todos motociclistas, íbamos haciendo zig zag entre el tránsito.

Cinco kms más adelante, nos adelantan dos motos policiales más un móvil.

Con señas poco amistosas nos indican que nos detengamos en la banquina.

Allí nos informan que fuimos denunciados por alguien en Tunuyan diciendo que íbamos zigzagueando el tránsito.

Le dijimos que por supuesto que sí.

Como todo motociclista lo hace.

Se congratularon de nuestra honestidad, pero nos tuvieron unos cuantos minutos averiguando antecedentes.

Minutos que aprovechamos para sacarnos fotos con ellos y el operativo.

Simpático.

Y un botón el denunciante.

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Por la 101

Entramos en Pareditas a la 101, cuyo fin en el Sosneado, dista 174 km.

Los primeros 80 fueron maravillosos.

A buena velocidad circulamos por un buen ripio, a veces por largas rectas, a veces por buenas trepadas con curvas.

A partir de un momento, y por efecto de una gran tormenta en el pasado cercano, el camino de transformó en un caos.

Tremendas piedras caídas impedían el paso, surcado por enormes tajos provocados por el agua, todo eso en un arenal muy profuso.

Fueron unos cuantos kms de lidiar con el terreno.

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Transitando la 101

No voy a decir que lo disfrutamos.

Pero tampoco que nos amargamos.

Hubo que hacerlo y se hizo.

Pasando el puesto de La Jaula el camino de transformó en algo imposible.

Pero imposible, ¿eh?

Mucha arena, mezclada con enormes piedras y tajos hacían que circuláramos con mucha, pero mucha atención y aplicando técnica endurera.

Hasta que una patrulla de la dirección provincial de vialidad que azarosamente se encontraba en el lugar, nos dijo que a partir de allí no se podía seguir.

Había cortes impasables.

Así que nos desviamos unos cuantos kms hasta el asfalto, hicimos un tentempié en el Sosneado y ya estamos ubicados en una confortable cabaña en Malargüe.

Sin más novedades que un notable cansancio.


Fueron 430 kms hoy

Mañana, etapa hasta Caviahue, por el parque nacional Tromen.

Todo tierra.

Hasta entonces

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 2

Dia largo hoy

Partimos tranquilos y no muy temprano desde Malargüe, con destino a Caviahue, 500 kms mediante, trazados en un 85% por ripio.

Un poco más allá de Bardas Blancas, nace un camino ya en desuso, que une desde ese punto con Ranquil Norte.

La pérdida el día anterior del caliper del freno trasero de la moto de Patxi, nos hizo desistir de ese derrotero.

Sin freno trasero, por un camino desconocido, sin mantenimiento y con altas probabilidades de grandes guadales (fez fez) no era aconsejable.

Así que continuamos por la interminable ruta 40 (el término de refiere a que hace más de 20 años que está sin terminar), con sus 70 de ripio, que para mí sorpresa, estaban en buen estado.

Yo me encontraba en un buen día de moto, así que le di rosca y disfruté cada uno de estos kms.

Cuando llegamos nuevamente al asfalto, a casi 200 kms recorridos desde Malargüe, me detengo a esperar al grupo, que se distanciaba para no comer tierra.

En cuanto nos juntamos, una camioneta que venía detrás se detiene, el conductor se baja y nos pregunta:

¿Ustedes son los Transamerica?

Con enorme asombro le respondo que si, efectivamente.

Sergio, (Páez, de él se trata) es un miembro del blog Moto viajeros en Facebook, donde también publico nuestros relatos.

Resulta que esa mañana lo había leído en la red y al vernos parados, unió el relato con las motos que vio y dedujo : ¡Estos son!

Imaginen mi ego al haber sido reconocido por alguien.

¡En ese momento me sentí Charly Sinewan!

Sergio resultó ser un tipo macanudo, que nos indicó el estado de las rutas a transitar y se ofreció desde Neuquén, su residencia a apoyarnos en lo que necesitemos.

¡Gracias Sergio!

Apenas él se fue, Juan, en lo que él llama "inspección ocular" detectó 3 rayos rotos en su rueda delantera.

La había armado el mismo hacia poco.

La calidad del trabajo había sido buena.

La calidad de los rayos, no.

Así que, evaluando el daño, desistimos de hacer el parque nacional Tromen.

Yo conozco la ruta, y es bastante áspera en cuanto a tamaño de piedras se refiere.

Nada bueno para un llanta mermada en rayos.

Así que pusimos proa a Chos Malal por asfalto.

Llegamos a las 13.

Los dos comercios de venta de repuestos de motos, cerrados, con apertura nuevamente las 17.00 hs.

La espera de cuatro horas en el ACA de Chos no fue lo que llamamos un placer.

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La mitad de la 40, en Chos Malal

Pero merced al aire acondicionado (afuera el termómetro rozaba los 38) y unas hamburguesas de estación de servicio, más WI FI fueron llevaderos.

La ley de Murphy también rige en Chos Malal.

Ninguno de los comercios tenía ni cerca los repuestos que necesitábamos.

Así que decidimos desandar los kms faltantes a Caviahue (160 de ripio) sin los consabidos rayos.

Cuando decidimos partir, la moto de Marcelo se negó a partir.

Se quedó muda

Un borne mal ajustado fue la causa.

Una boludez.

Pero el diagnóstico del problema llevó mucha más tiempo que su solución.

Salimos muy atrasados.

Y frustrados.

Excepto los últimos treinta, los 130 primeros kms a Caviahue son un poema.

Ripio firme, en excelente estado de conservación, en un camino de montaña, con muchas curvas que gracias al buen estado del camino te permiten entrar alegre de acelerador, por lo que la cola de la moto, en un derrape controlado te queda afuera, es un deleite con mayúsculas.

Sumado a los magníficos paisajes hacen que el tamaño de la sonrisa dentro del casco te moje las orejas.

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Camino a Copahue, cerca de el Cholar

Los últimos treinta fueron un martirio.

Mucha piedra a medio aparecer en el camino, sumado al sol de frente de la tardecita, hace que se la pongas a cada piedra y el tren delantero se pega un flor de golpe.

Sumarle a eso un viento patagónico que por su intensidad levanta hasta las rocas y te tira la moto a la banquina, hace que todo lo que disfrutaste anteriormente quede en saco roto.

Resultado: Circular a 15 por hora igual a llegar a Caviahue casi de noche.

Y con el problema de tener seis rayos rotos.

A grandes problemas, grandes soluciones.

Mientras Patxi y Juan desarman rueda en una preciosa cabaña conseguida, para poner los pocos rayos equidistantes y mañana poder llegar a Zapala y reparar, Marcelo fue al supermercado por bebidas y un servidor a un bar por pizzas.

Pedí una especial y una napolitana con ajo.

Mientras esperaba, me bajé una pinta de IPA.

En ayunas

Puse las pizzas atrás de la moto, y circulando a más de 70 kms/h se percibía el ajo...

Para digerirlo, nos bajamos un litro de vino.

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Nubes increibles sobre Caviahue

Siempre que viajo llevo buen vino que hacen mis hijos en su bodega. En cientos de miles de kms recorridos me quedé muchas veces sin nafta, pero jamás, jamás, sin vino.

Así que después del vino para bajar el ajo, un par de fernets digestivos fueron necesarios.

Y me puse a escribir.

Señores, duden entonces de la veracidad de este relato.

Mañana les cuento como nos fue con los rayos.

Me voy a dormir la mona.


FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 3

Anoche pusimos los rayos equidistantes en la XR, sin saber cómo iba a resultar.

Intertando, comenzamos una logística de alto grado para conseguir los rayos.

Repuestos de esta moto en particular, por su edad, no son fáciles.

Llamados por todos lados, redes de amigos moviéndose por todo el país, culminó en lo siguiente.

Patxi llamó al Gato Barberí, que estaba en España. El gato tenía un amigo con casa de motos en Neuquén.

Éste nos llamó por la noche (figúrense que era viernes) diciendo que tenía la repuestos, pero en Neuquén.

José, el quinto elemento que se sumaba hoy, venía desde su San Nicolas natal y estaba pernoctando en Colonia 25 de mayo.

Así que le pedimos a José que pasara por Neuquén por los rayos.

José salió muy temprano, para desandar los 150 kms hasta Neuquén y llegara a las nueve en la casa de motos.

Mientras tanto, nosotros, temprano partimos de Caviahue con destino Zapala, a sabiendas que deberíamos ir muy despacio.

Obviamente desistiendo del plan original de Villa Pehuenia, lago Ñorquinco etc. para escapar del ripio yendo por el asfalto.

José, (el gordo, mote que ya no le va, pero le quedó) nos avisa que en esa casa no tienen la medida necesaria pero que tiene datos donde conseguirlo.

A todo esto, nosotros a menos de cien por el pavimento.

En mi caso, lo bonito del paisaje y una buena lista de Spotify hicieron el viaje muy llevadero.

En un lugar con señal, nos enteramos de que el gordo había conseguido los benditos rayos.

Así que, al mediodía, coincidimos en Zapala, casi simultáneamente.

Una alegría

Por los rayos, pero por sobre todo por encontrarse con el amigo que nos acompañará hasta Ushuaia, como lo hizo en Alaska y en el resto del camino.

Quiero mencionar que al gordo no lo dejamos en paz.

El jueves le avisamos que antes de salir de San Nicolas trajera un caliper para la moto de Patxi, que en la 101 se partió producto de que el perno de las pastillas se salió, y sueltas estas, junto con el pistón destrozaron el caliper.

Así que el gordo antes de salir, se las rebusco para encontrar una pieza para una moto de casi treinta años de antigüedad.

Luego vino el tema de los rayos en Neuquén.

Realmente José fue un delivery.

Ya está altamente capacitado y entrenado para un Uber Eats, Glovo o Pedidos Ya.

Gracias gordo.

Decidimos no reparar la llanta en Zapala.

No tendríamos medios y si el tiempo apretaba no llegaríamos a SMANDES.

Así que nuevamente a viajar por 250 kms por asfalto, cuidando la llanta.

Con un clima ventoso, pero de temperatura agradable.

Ya estamos en el sur, y la canícula viene aflojando.

Después de más de cuatrocientos kms estamos alojados en una buena cabaña con espacio para arreglar las motos.

Los cuatro, están ocupados en sus tareas de reparación

Y yo, después de una escapada al supermercado, preparando un arroz con pollo.

Poca, o nada de aventura hoy.

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San Martin de Los Andes, el Lacar detras

No siempre se puede...

Gracias a todos los que colaboraron para poder reparar nuestras máquinas.

Esto reafirma la solidaridad existente en el motociclismo.

Gracias de nuevo

Mañana, si todo está bien, cruzamos A Chile por el paso Hua Hum.

Con las dos motos en condiciones.

Balsa incluida.

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 4

Día maravilloso hoy

No porque todo haya salido bien

Sino porque lo que salió mal, encontró pronta solución.

Me explico

Proyectamos salir de

SMANDES 9.30 de la mañana

Para sorpresa de todos, salimos en horario.

Los días anteriores, veníamos fallando mal.

Tomamos el camino norte del lago Lacar con destino a la aduana Hua Hum.

El camino lo conocía bien.

50 kms de ripio muy deslizante, que te llevan a manejar con mano de terciopelo el acelerador de la KTM.

Es que los 85 burros, y los escasos 149 kilos sin control de tracción hacen que la trasera te gane en todas la curvas

Mucho placer.

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Entrando al Paso Hua Hum

Cuando llegamos a la aduana, la XR de Marcelo perdía ingentes cantidades de combustible por el tanque.

Hicimos los papers de aduana argentina.

Cuando partimos a la aduana chilena, distante 1 km, la 650 no arrancó.

La llevamos a tiro.

Llegamos a la aduana chilena e hicimos mutis por el foro.

No vaya a ser que los carabineros chilenos nos mandasen de vuelta por una moto que perdía nafta a raudales.

Nos hicimos los boludos.

El trámite aduanero fue largo, porque había unos 15 ciclistas de bs as que ocupaban toda la aduana.

Esa hora de espera fue angustiante, porque no sabíamos que pasaba en la moto de Marcelito.

Finalmente terminamos el burocrático trámite, nos alejamos empujando las motos, como si fuera lo más normal del mundo empujar una moto en vez de arrancarla, y a unos trescientos metros la tiramos por una bajada.

La moto pegó unos tiros y arranco.

Dejando una estela de combustible a su paso.

10 kms más adelante nos esperaba la rampa del ferry

La rampa, porque el ferry de las 11.30 ya se había ido.

Y como era domingo, el próximo llegaba a las 15.00.

Murphy y su ley, operando en Chile también.

El tipo es internacional.

Así que, con todo ese tiempo, sacamos el tanque, encontramos la pérdida, producto de una mala instalación después de un service. Un tornillo del cuadro rozaba contra el plástico del tanque Acerbis y lo perforó.

A la sombra de un enorme alerce, junto al lago Pirihueico, nos pusimos, poxilina mediante, a reparar el problema.

Y lo logramos.

Quedó espectacular. No perdió una gota más.

Felices nos montamos en el ferry, por una hora y media navegando el lago Pirihueico, hasta desembarcar en puerto Fuy.

Desde allí, hicimos más de 200 kms por caminos soñados, con paisajes increíbles, y rutas muy buenas, con mucha curvas y mejor asfalto, hasta aquí, la ciudad/pueblo Lago Ranco.

En el camino disfrutamos además del lago Pirihueico, del lago Panguipulli y del Ranco, en un día particularmente soleado y a una temperatura muy agradable.

El pueblito donde estamos es adorable.

Encontramos una cabaña espectacular, cociné unos tallarines con salsa de bacon, tomate fresco y albahaca, regado con un buen Malbec traído de Mendoza, con vistas al lago con una luna llena increíble.

¿Puede algo ser mejor?

300 y pico kms hoy, con navegación lacustre y rotura de una de las motos que parecía irreparable y fue fácil.

Mucha adrenalina

A eso vinimos

Hasta mañana

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Costanera del Lago Ranco

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 5

Día excepcional hoy

No se rompió nada

Hacia desde el jueves que, indefectiblemente rompíamos algo

Hoy todo salió bien

¿Será un presagio?

Salimos no muy temprano de lago Ranco.

Ya el sur hizo honor a su clima.

Fresco, nublado con una tenue e intermitente llovizna.

Camino maravilloso.

Montaña, bosque y asfalto perfecto.

A velocidades de disfrute, llegamos a Entre Lagos.

Desde allí, ya sin llovizna, partimos el lago Rupanco, fotografiamos desde la altura del bonito pueblo de Puerto Octay, en el lago Llanquihue paseamos por la costanera de Frutillar, ya con nubes despejadas apareció en su esplendor el volcán Osorno.

Luego por la costanera de Puerto Varas, para las 14.30 llegar al puerto de Angelmo, en Puerto Montt.

Opiparo almuerzo en el puerto (imaginen que) y compra de un congrio y un salmón frescos para la cena.

Salimos, inaugurando la carretera austral, ya que aquí comienza, con meta en Hornopirén, lugar de la partida del ferry para continuar la carretera austral.

Después de 110 fantásticos kilómetros, con mar a nuestra derecha, y selva valdiviana a nuestra izquierda, incluyendo un ferry de 20 minutos, llegamos a destino.

Fueron casi 350 kms hoy.

No hubo uno, ni uno, que no valiera la pena.

Impecable asfalto sinuoso, con montaña y bosque, más pequeñas granjas de postal, hacían difícil la elección.

O pilotar o disfrutar el paisaje.

De todos modos, si bien una decisión difícil, mucho más fácil que decidir si para cubrir banco, pedir plata prestada o aumentar el descubierto.

¿Se entiende no?

Llegamos a las cabañas de Hornopirén, ya muy conocidas por mí, iniciamos un buen fuego, calentamos una gigante sartén bien untada de manteca, y le tiramos los trozos de pescado frescos dentro.

Un poema.


Bien regados por supuesto.

No todo es andar en moto.

Mañana, ferry por cinco horas para sortear el Parque Pumalin.

Este enorme terreno lo donó el ricachón Tompinks al estado chileno, con la condición de que no se hiciera camino por allí.

Nuestro destino mañana, será Puyuhuapi a 300 kms de aquí.

Siempre pensando en Ushuaia.

Será hasta entonces

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 6

Otro día glorioso.

Nos levantamos muy temprano para tomar el ferry.

Es de una compañía nueva, la anterior dejó de operar hace unos días porque no le convenía. La nueva apuesta fuerte, con un barco totalmente nuevo.

Cosas de la competencia en un mundo competitivo y capitalista.

Repleto el ferry.

Nuestras motos quedaron atrás de todos.

Malas noticias

Los cincuenta vehículos delante nuestro levantarían nubes de polvo en el ripio apenas salieran.

Había que salir rápido y pasarlos a todos, de lo contrario, terminaríamos parecidos a una milanesa.

Cinco horas de navegación, en paisajes espectaculares, en un día no sólo completamente soleado, sino, además, sin viento.

Una rareza en la carretera austral.

Así que un rato en la cubierta tomando sol, otro en el salón viendo una peli, otro durmiendo y otro comiendo se pasaron rápido.

Y llegó el atraque

Hicimos algunas maniobras evasivas poco ortodoxas dentro del barco, lo que nos permitió salir no tan de atrás.

En dos kilómetros los pasamos a todos.

Así que nos quedaron los cincuenta y pico hasta Chaitén con la ruta para nosotros solos por delante

Magnífico

Combustible y una ración de sándwiches en esa sufrida ciudad, (Una erupción del volcán homónimo derritió glaciares y provocó un aluvión de lodo que la sepultó hace unos pocos años, sin víctimas, pero se llevó el pueblo, hoy reconstruido) sirvieron para calmar la saciedad nuestra y de las motos.

A partir de allí, los 200 kms asfaltados hasta el pueblito de Puyuhuapi transcurren en una sucesión de fenómenos naturales alucinantes.

Volcanes con sus conos nevados, ríos de montaña, impolutos y rugientes, lagos, azulinos ventisqueros colgantes (glaciares enormes sobre las montañas) bosque, selva y fiordos al llegar.

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Tipica postal de la austral

No faltó nada.

Siempre a menos de cien.

Para no forzar nuestras monturas, pero por sobre todo, para disfrutar estos maravillosos paisajes, que, aunque los haya visto por octava vez, no dejan de sorprenderme.

Unos nubarrones al final del viaje presagiaron lluvia.

Nos pusimos los trajes de agua.

Todo motociclista sabe qué pasa cuando se pone el traje.

Inmediatamente para de llover.

Hoy se cumplió la regla.

Mañana se pronostica lluvia todo el día en la carretera.

Lógico, a esta selva hay que regarla.

Nos pondremos el traje antes de salir.

Como cábala

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Simpatico pueblito de inmigrantes alemanes

Veremos si funciona.

350 kms hoy.

Algunos de ellos en el ferry

Las motos, impecables

Nosotros, felices.

Hasta mañana

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 7

Hoy amaneció lloviendo.

En realidad, llovió toda la noche.

La zona del parque del Queulat, es la de mayor pluviometría de Chile.

3500 mm al año, con picos de 4000 (en el 2015)

Eso significan 320 días al año con lluvia.

Los que no llueve, esta nublado.

Así que el sol es un bien escaso aquí.

Lo tuvimos durante los dos primeros días en la carretera.

Era lógico entonces una lluvia.

Traje de agua, abrigo (porque acá no es un diluvio, es una garúa finita que te moja hasta el tujes) y te va enfriando de a poco, hasta que cuando te diste cuenta, estas tiritando.

Cómo conozco, di el consejo de abrigarse.

En realidad, di la orden, solo que, de forma suave, como para que suene como opinión.

Es un don que tengo (y ejerzo) sobre los grupos.

Así que partimos, emponchados, por unos 30 kms hasta la entrada del parque nacional Queulat.

¿Cuál es el atractivo de este?

Su ventisquero colgante.

Llovía finito y con nubes muy bajas, lo que auguraba un seguro encubrimiento del glaciar.

Pero no claudicamos.

Pagamos la entrada, subimos los 800 mts del sendero que llevan al muelle del lago que produce el glaciar, pagamos la navegación en gomón, y partimos, junto a cinco turistas más, a ver el ventisquero desde su base.

Esta acción la he realizado tres veces hasta el presente, con el resultado de ver el ventisquero desde una plaza privilegiada.

Pues bien, está cuarta, el ventisquero no aparecía.

Estaba bien tapado por nubes bajas

Nuestro chófer de gomón, era un chileno de estos que actúan "by the book".

Es decir, se atienen al manual de procedimiento, sin apartarse una coma.

Sospecho que el manual le decía que, en caso de niebla, debía llevar a los turistas al pie del ventisquero, si no se veía, esperar media hora, y regresar a la base después de ese tiempo, pasare lo que pasare.

Así fue

Llegamos al pie, (recuerden que llovía) y el tipo nos dejó al remojo durante media hora.

No hacía falta ser meteorólogo para adivinar qué la nube nunca despejaría la vista al glaciar.

Pero el tipo estaba firme con su manual de instrucciones.

Al principio le sugerimos que no había falta esperar tanto, que nos fuéramos nomas.

Que estábamos mojados, con frío, etc.

Nuestra insistencia fue en aumento, pero el tipo estaba allí, estoico, siguiendo el manual.

Figuren que junto a nosotros había dos matrimonios entrados en edad, y las mujeres estaban entrando en hipotermia.

Nada.

Nos dejó macerándonos en la fina lluvia del Queulat hasta que se cumplió el tiempo previsto.

Luego, en una lenta navegación, hasta el muelle.

Por supuesto que cuando volvíamos comenzó a despejarse, pero el manual no preveía un regreso.

Así que ventisquero, te veremos en otra oportunidad.

Menos mal que yo tenía fotos de visitas anteriores, así que, en el bote, mientras esperábamos, les mostraba fotos de lo lindo que era ese lugar, del que estábamos a escasos metros, con sol y vistas espectaculares.

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Mojándonos en el Queulat

Supongo que sirvió para incrementar la frustración del grupo.

Así que regresamos sin ver nada del glaciar, mojados, con frío, y unos 20 dólares cada uno más pobres.

Partimos en las motos, ya con poca lluvia.

Subimos la cuesta del Queulat, toda de ripio, bien barrosa por la lluvia y finalmente desembocamos en el asfalto para desandar los 240 kms hasta Coyahique.

El camino, como siempre, un poema.

Bosque, curvas, ríos de montañas, paredes de roca que asustan, en fin, tan lindo que empalaga.

En la localidad de Mañihuales tomamos un desvío por ripio, que nos ahorraría unos kms y nos llenaría la vista de gozosos paisajes, amén de divertirnos en la conducción de las motos.

Llegamos temprano a Coyahique.

Muy buenas cabañas, bañarse y a visitar el centro de la ciudad.

Coyahique concentra el 60%de la población de la carretera austral.

Es industrial y contiene dos puertos para sacar y recibir su mercancía.

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Cabañas de Coyhaique

Y, además, es la ciudad más contaminada de Sudamérica.

¿Por qué?

Por el humo producido por la calefacción a leña.

Increíble pero cierto.

Parece que las leña contamina más que cualquier otro medio.

Mira vos...

Hicimos unas compras y nos fuimos a cenar al bodegón que pertenece al casino de bomberos.

Lugar ya frecuentado por mí.

Las pailas marinas, repletas de mariscos y a alta temperatura, más el Sauvignon blanc hicieron que el regreso en las motos fuera de mangas cortas, pese al frío local.

En la cabaña, usamos un Jaggermeister de bajativo, ya que el Branca es escaso y caro por aquí.

Mañana continuamos al sur.

Ya les contaré

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Despues del Sauvignon Blanc

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 8

El título lo pensé respecto de Ushuaia.

No asociar con el coronavirus.

Por ahora...

Amaneció lloviendo en Coyahique.

Y con frío.

Con 6 grados, viento y lloviendo, la sensación térmica tehace sentir un cero grado.

Salimos muy abrigados y con equipo de lluvia.

Nadie sintió frío.

Pero lo hacía

Desandamos los 110 kms de asfalto hasta villa Cerro Castillo sin novedad, a baja velocidad por lo resbaloso del asfaltado.

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Mirador Cerro Castillo. Lloviendo por supuesto

A partir de allí, comienza el ripio hasta el final de la carretera, por unos 600 kms.

La lluvia comenzó a mermar, transformándose en una intermitente garúa que no molestaba.

Al principio, como estaba en construcción el futuro pavimento, el camino estaba muy roto y barroso.

Pasado esos pocos kms, el ripio mojado se transforma en una maravilla para manejar.

Está más asentado que cuando seco, lo que permite mayores velocidades, y en el paso por curva, la moto se agarra más, sin dejar de derrapar por supuesto.

Los 120 kms hasta Puerto Tranquilo se hicieron cortos.

Tal el placer que producen esos caminos, siempre parece poco.

Aquí contratamos una lancha para el paseo por las capillas de mármol.

Estas se encuentran en el lago general Carrera, que es binacional (de nuestro lado es el Buenos Aires) y se conforma en el segundo lago más grande de Sudamérica después del Titicaca.

Es enorme, sobre todo si en un mapa de lo compara con el Nahuel Huapi. Este último parece una laguna.

Este lado se caracteriza por un fuerte viento, que produce marejada constantemente.

Me ha tocado navegarlo con mucho viento y les diré que fue una experiencia adrenalínica.

Hoy no había viento

El lago estaba quieto.

Y asomó un tenue sol.

Como a pedido...

Así que la navegación fue un placer. Entramos con el bote a las cavernas y rodeamos la capilla y la catedral.

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Catedrales de Marmol

Se trata de la erosión del bravo lago sobre un mármol joven (solo 3 millones de años, se dice por acá que lo trajo Mirta Legrand) que ha formado cavernas muy bellas, donde la textura del mármol y sus vetas crean formas alucinantes.

La visita toma una y media hora.

Hicimos combustible para las motos y los cuerpos y salimos para nuestro destino, Puerto Bertrand.

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Mas Catedrales

A sólo 70 kms.

A los 10, con Patxi nos detenemos porque no venían.

Esperamos el tiempo pactado y regresemos.

Juan pinchó la trasera.

Se volvió despacito al pueblo, y un gomero solucionó el problema en un ratito.

A mitad camino, paramos por unas fotos en una cumbre donde se ven, en conjunto, los lagos Carrera, Bertrand y Negro. El paisaje se parece mucho al punto panorámico en Bariloche.

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Union del Lago Negro con el Carreras, en la Austral

Alucinante

Ya estamos instalamos en unas magníficas cabañas a la vera del río Baker, el más caudaloso de Chile (desagua el lago Carrera) y uno de los más bellos que he visto, por su turquesa.

Entre mañana y pasado terminamos la carretera austral, y nos embarcaremos hacia el sur profundo.

300 kms hoy.

Más de la mitad por ripio.

Empezó lo lindo

















FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 9

Día difícil hoy.

Muy difícil

Hubo que tomar una importante decisión

Y la tomamos

Desde hace unos días teníamos información de que se podían cerrar las fronteras por el tema del coronavirus.

Al declarase oficialmente pandemia, el protocolo indica, entre otros múltiples procedimientos, el cierre de estas.

Nosotros, desde hoy, estaríamos siete días más en Chile. Seis de ellos sin posibilidad de cruzar (navegación en el ferry y lugares donde no hay pasos)

Un cierre de fronteras nos hubiera dejado en Chile por tiempo indeterminado.

Era probable más que posible.

No quisimos arriesgar

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Paisajes de la Carretera Austral

Ahí que tomamos la difícil decisión de cruzar hoy, haciendo trizas los planes originales.

Decidimos hacerlo por el paso más al sur, antes que los que surcan la Tierra del Fuego.

El paso Roballo, que une Cochrane con Bajo Caracoles.

Rompimos el plan.

Por lo que cada uno, podía tomar la decisión que quisiera.

Así que "el gordo", en una decisión consensuada eligió regresar a su casa.

Partió desde Puerto Bertrand sólito, rumbo a San Nicolas.

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Despedida de José

Por Chile Chico.

Nosotros pusimos proa a Cochrane, para combustible, compramos unos bidones por que conocíamos la inexistencia de nafta en el camino.

En la ruta a Cochrane paramos a hacer fotos en la confluencia de los ríos Baker y Neff.

Uno de los paisajes más lindos de la carretera.

Hubo que forzar las sonrisas para las fotos.

Tal el desánimo.

Al mediodía encaramos el Roballo, que yo no conocía y tenía referencias de duro.

Son 225 kms de ripio entre cada localidad, con aduanas intermedias.

Es áspero, muy áspero.

Ripio suelto, de grandes proporciones, muy pero muy deslizante, con mucha piedra escondida traicionera, lista para abollar llantas.

Hicimos las aduanas, sin vestigio de que nos impidieran el paso.

Pero estamos de acuerdo con la decisión tomada.

Y llegamos a las 18 a Bajo Caracoles.

Este pueblo no se encuentra entre mis urbes favoritas.

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La estacion de Bajo Caracoles, esta vez con Nafta

En un golpe de suerte, encontramos combustible en el pueblito, y decidimos seguir a Gobernador Gregores, desde donde les escribo.

Casi 500 kms hoy. 300 de duro ripio.

Buena cena en el mismo hotel, y a dormir.

¿Qué haremos?

Primer objetivo, llegar a El Calafate.

Totalmente fuera del plan original, pero no un mal plan.

Desde allí, veremos

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Nuestro Sur

O nos volvemos a casa y encaramos Ushuaia a fin de año.

O nos vamos hasta Río Gallegos.

O intentamos, desde Argentina, llegar a Ushuaia.

Todo depende de cómo evolucione la pandemia.

O al menos, las psicosis que está desatando este virus.

Mañana les cuento

Tristes, de haber abortado el plan original.

Felices, de haber tomado la decisión que consideramos correcta.

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 10

Los sábados no escribo

Me dedico al cuidado de mis motos.

Ja.

Anoche se hizo larga y abundante la cena, así que encare esta mañana.

Ayer durante la mañana, en Gobernador Gregores, hicimos un poco de servicio a las motos.

Lo necesitaban después de ya casi 3000 kms más de la mitad por ripio.

Salimos al mediodía.

Mala decisión

El viento patagónico arranca a esa hora.

Así que con la moto a 45 grados (sopla del Este, y vamos al sur), tratábamos de mantener derechas nuestras cabezas.

El problema no es la intensidad del viento en sí.

Sino lo rachado.

El cuello pasa factura.

Unos kms después, comienzan los malditos 72.

Son los únicos 72 kms que quedan en la 40 sur sin asfaltar.

Casi nada teniendo en cuenta la extensión de esta ruta.

Pero es un ripio pesado, profundo y de piedras muy grandes.

Si no tenés un moto preparada para ello, (enduro o cross) estas obligado a circular por la huella que dejan los coches.

De lo contrario la pasas mal.

Muy mal.

¿Y cuál es el problema entonces?

Que el viento no te deja quieto.

Te saca de la huella, te mete la rueda delantera dentro del ripio profundo.

Volver es difícil, y con el viento que te juega en contra, más.

Volviste a la huella, tratas de digerir el susto que pasaste, y Eolo te manda otra vez afuera.

Así unas quinientas veces por setenta kilómetros

Se hacen interminables.

¿La solución?

Salir muy temprano en la mañana, cuando no hay viento.

O tener la moto específica.

Nosotros tuvimos lo segundo

La verdad que las XR y la

KTM están hechas para esto.

A 100 por hora volábamos arriba el ripio.

Eso sí, había que llevarlas.

Pero fue divertido

Duro pero divertido

Un par de brasileros que venían detrás nuestro, en mil doscientos bien cargadas besaron el piso.

Sin consecuencias.

Por mi parte, he recorrido cientos de veces la 40, pero nunca tan al sur.

Me imagino lo que debe haber sido cuando por 2000 kms tenía este ripio y este viento.

He oído historias de horror de motociclistas de esa época.


Seguíamos a 100 aún en el asfalto. Hay que cuidar las cubiertas para llegar a Ushuaia.

La mía va bien, pero la de las XR son 120 , muy finitas. Y el abrasivo asfalto las devora.

Circulando a esa velocidad, siento algo extraño.

Levanto la visera del casco y me doy cuenta.

No había viento

Cero brisa

Claro, soplaba de cola a la misma velocidad que circulábamos.

Lo llamé a Patxi, que se puso a mi lado, le hice abrir la visera, y charlábamos entre motos, ¡a 100 por hora como si estuviésemos en el banco de la plaza!

No hacía falta un anemómetro para darse cuenta la intensidad.

Entramos al simpático pueblito, ya eran como las tres de la tarde y el picaba el bagre, y junto al único restaurante había estacionada una combi de esas grandes.

Entramos al minúsculo restó y estaba ocupado en su totalidad por suizos comiendo una parrillada.

La dueña, macanuda, nos dijo que solo le quedaban lo que había sobrado de asado.

Nos acomodó en un mostrador e inmediatamente nos trajo una fuente con cordero y otras carnes.

No estaba jugoso precisamente a las tres de la tarde.

Pero con el hambre y la velocidad que lo trajeron, sabía a gloria.

La dueña se quiso lucir con los suizos y preparo tres tartas de postre.

No sé si lo logro con los extranjeros.

Con nosotros sí.

Opíparos partimos a Calafate.

Demoramos por las muchas fotos en el camino.

Llegamos al atardecer con el sol ya escondido.

Yo iba último.

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Lago Argentino, reparacion menor

Y las tres motos recortadas a contraluz, con nubes rojizas subiendo y bajando pequeñas Colinas parecía una escena de Easy Ryder.

Lindísimo

Llegamos a esta bella ciudad, nos alojamos cómodamente y salimos por una buena cena.

Hoy descanso y al parque Perito Moreno.

Si no lo cierran

Con el ánimo muy alto.

Ushuaia, allá vamos!!!

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 11

Fin del viaje

Llegamos a río Gallegos, después de no poder visitar el glaciar Perito Moreno por que se cerró el parque

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Esperando en la inmensidad

Fueron 300 y pico de kilómetros con viento a favor, así que vinimos bárbaro.

Desde hace días que venimos recapacitando y reflexionando sobre la situación general.

Y hoy decidimos terminar el viaje y regresar lo más pronto posible a casa.

Las circunstancias así lo exigen y nosotros no debemos ser la excepción.

A medio día de viaje de llegar al objetivo, a 550 kms de arribar, habiendo hecho 32000 desde Alaska, abortamos.

Y por propia decisión.

No debemos seguir alegremente viajando mientras tres cuartos de la humanidad se recluyen.

Tenemos ya plan A, B y C para el regreso, obviamente no en moto.

Mañana ejecutaremos el óptimo posible.

¿Qué queda?

Que el medio siempre es más importante que el fin.

El viaje fue maravilloso.

Ya no importa el objetivo.

Disfrutamos paisajes imponentes, gozamos el pilotaje y por, sobre todo, el magnífico grupo que conformamos.

El resto, son minucias.

Además, nos queda la deuda de llegar a Ushuaia.

Ya es un nuevo proyecto.

¡Hasta la próxima aventura!

EPILOGO

FIN DEL MUNDO 2020

Chapter 12

Finalmente, después de una logística importante, las motos viajarán a destino por transporte terrestre y los humanos en avion, cada uno en su casa.

Ayer por la noche nos enteramos que quienes hayan estado en Chile deben hacer la cuarentena.

Pues bien, cada uno de nosotros, aislados, hasta el día que corresponda.

Responsablemente como debe ser.

Saludos a todos y gracias por seguirnos!!!

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Despidiéndonos del viaje, en Rio Gallegos

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